Souls Without Way. {¡FORO NUEVO!} -Afiliación Normal.

La humanidad cayó. Una buena mañana, nadie despertó. Sus almas habían abandonado los recipientes que Dios les había prestado y desaparecieron de la tierra. Todo el mundo ha muerto. La tierra es un lugar desolado. Pero a diferencia de lo que los servidores del señor creyeron, existen supervivientes. ¿Cómo? Han sido los malos de la historia los que esta vez han salvado a la raza humana. Los demonios, que se alimentaban de almas, decidieron que no podían dejar que sus enemigos se llevaran a sus juguetes. Y así, en seiscientas sesenta y seis horas, consiguieron hacer un mundo mínimamente parecido al que Dios creó en siete días.

Crearon lo que hoy se conoce cómo "Sand'sWorld". Literalmente: El mundo de la arena.

Consiguieron salvar la mísera vida de miles de humanos, llevándolos al lugar, pero se dieron cuenta de que había un error. Una potestad que ellos no podían dar. La vida. Ningún humano parecía crecer, y tampoco morir. Es decir, lo descubrieron a lo literal, ya que cuando mandaban a sus pequeños juguetes a matarse entre sí, creando una rivalidad entre humanos que duró cómo doscientos años, los cuerpos de disolvían y volvian a surgir de entre las aguas de la playa. Como nuevos. Los demonios encontraban todavía más divertida la situación, hasta que se dieron cuenta de que si no morían, no había alma de la que alimentarse. Para su supervivencia, por suerte, encontraron la manera de no abandonar todas las fuerzas: la sangre. Era lo único que parecía realmente vivo en esos humanos y que se pudiera tocar. Poco a poco, los humanos empezaron a ser esclavizados y por muchas diferencias que siempre los separara, el mismo instinto de supervivencia que los demonios tuvieron para empezar a tomar su sangre, fue el que los llevóa unirse. Nombrándose cómo la Resistencia, se aislaron en los bosques más oscuros, entre las montañas más cercanas a las playas. No obstante, eran cientos los que amanecían en las orillas de la playas. Poco a poco, las aldeas se distribuyeron y empezaron a pelear entre sí. Los humanos volvían a disentir, cómo siempre, mientras que los demonios volvieron a aprovechar la ocasión.

Y la historia se hubiera repetido sino hubiera sido gracias al Arcángel Miguel, que jamás quiso aniquilar a una raza a la que se le había mandado amar. Jefe de las tropas angelicales apareció en el nuevo mundo creado para dar una tierra santa a sus queridos humanos y jamás regresó a los cielos. Fue él el creador de la Aldea. Una extensión de tierra santa que él mismo bendijo en su tiempo dónde todos los humanos residen en él, con una vida mínimamente normal. La Jerarquía es algo contrariada a los pensamientos de algunos, pero se sigue rígidamente. Los humanos tienen trabajos humildes, de los que comen tanto ellos cómo los ángeles, que los protegen de los demonios.

Pero últimamente, esa tarea no parece estar dándo resultado. Tras años de lucha desde las profundidades, los demonios sacrificaron a su jefe supremo, adquiriendo uno nuevo que les prometía el oro y el moro. Y la verdad es que pretende dárselos. Ha ideado la manera de resquebrajar las barreras de los ángeles y también el temple de la humanidad a los que ellos salvaron para alimentarse. Es así cómo el demonio, experto en posesiones les ha enseñado a todos a engañar de verdad. Ahora éstos, renovados, parecen estar consiguiendo sus deseos, ya que parte de la muralla sagrada empieza a resquebrajarse. Cientos de demonios se infiltran en cuerpos que no les pertences en su interior para conseguir rebelar al pueblo ante la jerarquía de los ángeles.